Detalles que a veces se nos pasan por alto. Detalles que a veces nos roban suspiros y que otras te pueden atravesar el alma hasta dejarte sin aliento. Esas pequeñas cosas que al final terminan siendo las más importantes.. las que dejan marca, las que se hacen notar los días de humedad y te despiertan en mitad de la noche -o del día-.
El olor a tierra mojada que te recuerda a tu infancia, ese olor que de chico pasaba casi desapercibido y que ahora, ahora es tan fuerte que casi podes teletransportarte cerrando los ojos.
El zumbido de la brisa en el mar, que te recuerda el paso del tiempo, como un huracán furioso que arrastra hasta lo que no te imaginabas que existía.
El olor a café por las mañanas, el ruido de la lluvia, la caricia más esperada, el beso que te sorprende con la guardia baja, las segundas oportunidades, el tren que vuelve a pasar.. ese que te decían que solo pasaba una vez.
Los detalles que dicen ser pequeños pero que lo abarcan todo...
...y se llevan todo a su paso.
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