Jazmines

Jazmines. Recuerdo que mamá me esperó con un puñado de jazmines en la mesa de la cocina y toda la casa reluciente, impecable, en un momento de mi vida donde ya no sabía donde estaba parada, ni como iba a seguir, ni como me sentía y qué era lo que me estaba pasando. Entré a casa y el olor a jazmín me inundó. Más tarde me la encontré a mamá preguntándome: ¿viste lo que te dejé en la cocina? Jazmines! Para que empieces de nuevo. Y desde ese momento cada vez que me siento perdida me compro un ramo de flores, en caso de que mi planta de jazmines aún no florezca. Gracias mamá.

Siempre me gustaron las flores, nunca me había puesto a pensarlo detalladamente hasta este momento en que decidí nuevamente abrir un blog y ponerme a escribir sin parar. Pero esto ya se les contaré más adelante.

Saco fotos y ¡pum! ¡obvio! tiene que haber flores. Voy a cualquier lugar de paseo y si veo flores no me resisto. Si hay un lugar super lindo y estoy con familia las fotos van junto a las flores. Flores, flores, flores. Siempre, sin excepción. Es por eso que decidí llamarme "la chica de les fleurs", en francés obvio, ya que soy muy amante de Francia, principalmente de Paris (acá les dejo un dato mio).

Vengo a escribir. Esta vez con un nuevo comienzo. Estoy en un momento de mi vida complicado, con una beba de 2 años y medio y volviendo a descubrirme, volviendo a encontrar mi esencia para poder ser mi mejor versión. Mi psicóloga personal y otra psicóloga a la que admiro y leo mucho dicen y recalcan todo el tiempo que escribir, tanto si te gusta como si no, es terapéutico, y esto es algo que siempre disfruté hacer. 

Bienvenida a mí, La Chica de les Fleurs.

 


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